El
domingo pasado, la revista peruana de negocios El
Comercio publicó un largo artículo detallando los problemas que le afectan
a la industria minera del país. El reporte explica que las utilidades y los
ingresos se cayeron en el 2014 por los bajos precios de los minerales. El temor
de los actores en el sector es que estos precios se vuelvan un nuevo normal, en
lo cual los precios y los ingresos serían mucho menos que antes.
Sin
embargo, algunos observadores advierten que el problema que le enfrenta a la industria
minera peruana no es solamente uno de una nueva realidad en términos de
precios, pero también una cuestión de competitividad. La falta de claridad en
el Perú sobre los trámites y procesos oficiales, los conflictos sociales, y un
camino claro para el futuro de la industria han creado mucho incertidumbre en
el sector.
Además
de estos factores globales, el sector minero peruano también está enrollado en
la pregunta de cómo resolver la situación con la gran población de mineros
informales en el país. El sábado pasado, El
Comercio reportó que Juan Antonio Fernández Jeri, el Alto Comisionado en
asuntos de la Formalización de la Minería en el Perú, había dicho a la prensa
que, desde finales del año pasado, más de 400 mineros informales en Puno habían
iniciado el proceso de formalización. Fernández pidió que las demás regiones en
el país siguieran el ejemplo de Puno.
En una
noticia no relacionada con la anterior, la policía en Cusco inmovilizó
maquinaria pesada que se iba a utilizar para la minería ilegal. La maquinaría
no tenía documentación oficial demostrando su uso, entonces las autoridades
peruanas tomaron la decisión de inmovilizarla.
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