El
conflicto social empezó como una pequeña protesta sobre el proyecto minero de
Tía María y se ha vuelto un enorme fracaso para el estado peruano. Las
protestas se han extendido por todo el país y representan un rechazo total de
la industria minera peruana. Este martes, el gobierno peruano anunció
que iba a mandar
el ejercito a las regiones de Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Moquegua,
Puno, y Tacna, para defender el orden público durante un paro de 48 horas que
los protestantes tienen planeado para el miércoles y jueves. Según el
ministerio del interior del Perú, los soldados “solo apoyarán a la policía y
garantizarán el control sobre el orden público.”
El
presidente peruano Ollanta Humala declaró el viernes pasado un estado de
emergencia en la Valle de Tambo en el sur del Perú. Según Telesurtv,
13 personas han sido detenidos desde que se estableció el estado de emergencia,
la cual les permita a las autoridades entrar a propiedad privada sin permiso de
una corte.
Las
protestas anti mineras llegaron
a la provincia de Ica, donde un hombre murió y otro fue lesionado durante las
protestas contra la minera china Shougang Hierro Peru. Según los noticieros
locales, Luis Quispe Chumpi recibió una bala en la mandíbula cuando los
protestantes enfrentaron la policía en una vía local. Los protestantes tienen
un listado de demandas, incluyendo la re contratación de 85 trabajadores
despedidos, agua potable para todo el distrito, y luz más barata.
Bloomberg
habló con Carlos Gálvez, presidente de la Sociedad Nacional de Minería,
Petróleo, y Enegía, quien advirtió que las protestas podrían hacer que la inversión
minera cayera a 0 en el 2018. Bloomberg llamó las protestas “la mayor ola anti
minera de los últimos tres años.” Gálvez pidió que el gobierno peruano
defendiera nuevos proyectos mineros como fundamentales al crecimiento económico
del país.
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