Cajamarca
ha sido el epicentro de los conflictos sociales en el Perú entre las gran
mineras y el gobierno federal del Perú de un lado, y comunidades locales del
otro. El gran proyecto minero Conga, la propuesta mina de oro de Yanacocha, ha
estado paralizado por estos conflictos.
Ayer,
la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca declaró
sobre el conflicto entre Maxima Acuña, una agricultora cajamarquina, y
Yanacocha, quien necesitaba el lote de Maxima para el proyecto Conga. La minera
intentaba convencerle a Maxima de vender su lote, porque su terreno colinda con
la Laguna Azul de Celendín, el agua de la cual se necesita para Conga. Sin
embargo, Maxima no quería vender, y la policía les asaltaba a ella y a su
familia por su intransigencia.
El
camino legal ha sido largo y sinuoso: “En agosto de este año, un juez les dió a
cuatro miembros de la familia de Maxima una suspensión de sentencia de dos años
y ocho meses, por no irse del lote. El juez también le ordenó a la familia
pagar casi $2,000 dólares en sanciones. Todas estas decisiones fueron anuladas
este miércoles con la absolución de Maxima y su familia, dejando por terminado la
lucha legal.” Pero parece que esta lucha todavía no ha terminado: Yanacocha va
a apelar
la decisión a la Corte Suprema del Perú.
Aunque
la historia de Maxima suena a David contra Goliat, y nos captiva, el editorial
del periódico peruano de negocios, Gestión,
le da a la historia un contexto económico. Gestión explicó que la región de
Cajamarca actualmente esta navegando una fuerte recesión económica. No obstante
la ubicación estratégica y los abundantes recursos naturales de Cajamarca, su
potencial económica está debilitado por su falta de infraestructura. Hay pocas
vías terrestres, no existe ferroviaria, y la cobertura aérea es muy débil.
El
artículo lamentó la polarización ideológica que ha paralizado todos los grandes
proyectos en la región. La recesión les afecta a todos los sectores de la
economía de Cajamarca, creando perdidas de empleo, el cierre de negocios, y más
que todo, “la migración de mano de obra.” Gestión reconoce que la minería no
curaría todos los problemas de la región, pero subrayó que los ingresos de
estos proyectos crearía empleos directos e indirectos en la región. Según el editorial,
el más culpable para la falta de desarrollo económico en Cajamarca es el
gobierno central, que no le ha dado apoyo a la región. Los cajamarquinos se
sienten abandonados.
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