Activistas
ambientales no están satisfechos con la decisión del gobierno colombiano sobre
la delimitación del páramo
de Santurbán, que dejó casi 100,000 hectáreas como un ecosistema protegido.
Aunque el Ministerio del Medioambiente de Colombia dice que “blindó” un 76
porciento del páramo, que produce agua para 2.5 millones de personas en el
oriente de Colombia, los ambientalistas insisten que la decisión dejó vacíos
importantes que permiten la exploración minera en partes muy sensibles del
ecosistema de alta altura.
Erwin
Rodríguez-Salah, confundador del Moviemiento de una Consciencia Ciudadana,
llamó la delimitación del páramo “el engaño más grande en la historia ambiental
del país,” porque la decisión permite que las mineras que tengan títulos
vigentes permanecen en el páramo. El activista cuestionó la necesidad de
considerar los intereses y derechos de las mineras en el reajuste de los
límites del páramo. Él insistió que el Plan de Desarrollo original del
presidente colombiano Juan Manuel Santos decía que los límites de los páramos
se basarían en estudios sociales, técnicos, y ambientes. En ningún momento dijo
el presidente que se tomaría en cuenta las mineras.
El
Sindicato de Mineros en Santander criticó estos oponentes a proyectos mineros
de gran y pequeña escala, llamando los líderes de las campañas contra la
minería de oro en el Santander “persona no grata.” Esta lucha entre intereses
comerciales y ambientales se combate con una alta intensidad en Colombia y en
el Perú.
No comments:
Post a Comment