El
escándalo peruano sobre la petrolera noruega Interoil parece haber llegado a
una resolución parcial: Interoil anunció que está saliendo de Perú y
vendiendo sus razón social en Perú. Interoil dejará una indemnización de $47.5
millones de dólares a Peru-Petro. La petrolera noruega está diputando el cobro.
Peru-Petro le acusó de haber explotado su yacimiento durante un año sin permiso
ni compensación. La responsabilidad para la indemnización pasará al nuevo dueño
de Interoil, el empresario peruano Jorge Rivera.
En otro
artículo, El Comercio le entrevistó a un peruano que lleva muchos
años trabajando en los campamentos petroleros de la amazonia peruana. Felix
habló sobre los cambios en las políticas y regulaciones, y luego en el cambio
de la cultura organizacional en estos lugares de trabajo. Él también habló
sobre el estilo de vida en “Trompeteros,” un campamento en Loreto que fue
establecido en 1972. Dijo que, hace veinte años, los campamentos eran mucho más
abiertos y menos estériles. Tenían grandes rumbas para los días feriados, y
todos se emborrachaban, y la prostitución era bastante común. Había una gran
división entre los altos funcionarios y los trabajadores: vivían apartes,
comían apartes, y trabajaban apartes.
Hoy,
dijo Felix, todo está diferente. Él explicó que los campamentos son totalmente
independientes de su entorno local para limitar su impacto sobre las
comunidades indígenas y el medio ambiente. Además, ya hay políticas muy
estrictas que prohíban el consumo del alcohol y actividades sexuales mientras que
uno esté en el campamento. Todos los trabajadores llegan en avión, trabajan
quince días enseguida, y luego salen. De más, la división que existía entre los
altos funcionarios y los trabajadores se ha disuelto. Puso énfasis en que estos
cambios son buenos y han mejorado el ambiente profesional de este lugar de
trabajo.
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