Como respuesta, el gobierno peruano declaró un estado de emergencia en seis regiones, enviando el ejército para ayudar la policía local proteger infraestructura vital. El primer ministro del Perú Pedro Cateriano dijo a la prensa que el gobierno proyecta que el proyecto Las Bambas aumentará el PIB por un 1.4% cuando se empiece la producción el año entrante. Agregó, "No podemos dejar que un grupo con motivos políticos impida a un proyecto ha estado en camino normal durante años." El Presidente peruano Ollanta Humala llamó el proyecto "el más importante de toda la historia del país."
La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) llamó la violencia en Apurimac contra el proyecto de Las Bambas un acto de sabotaje con la intención de desestabilizar la democracia peruana.
Otros medios publicaron editoriales y artículos para explicar la importancia del proyecto Las Bambas a la industria minera del Perú y a la economía del país, y para proponer que debería hacer el gobierno.
Sin embargo, esta nueva explosión de violencia sobre el proyecto minero más importante de todo el país es malísimo para la industria minera peruana. Primero, el proyecto Conga fue paralizado por protestas violentas, y luego le pasó lo mismo al proyecto Tía María. El Perú tiene que encontrar la manera de resolver estos conflictos antes de que destruyan la economía del país.