La imposición de ley marcial en la Valle de Tambo en el Perú les ha vuelto a los agricultores a su trabajo. El Associated Press entrevistó unos campesinos, y recibió unas respuestas que son tan perfectas que son difíciles creer. Los campesinos dicen que estarían dispuestos a sacrificar su cosecha su resultara en la terminación del proyecto minero Tía María de Southern Copper. Domingo Condori, un campesino local, le dijo al AP, “Aquí la vida es tranquila, él que trabaja, así no tenga estudios, progresa, ¿para qué queremos minería?”
La gente local se siente abandonada y traicionada por el presidente peruano Ollanta Humala, después de que el 72% de la gente votó por él en el 2011. María Figueroa, una agricultora, le dijo al AP, “Dijo que estaba con los agricultores, ahora no sale de su sillón, no llega acá y encima nos dice que hacemos vandalismo. Todos votamos por él…y así nos paga.”
A pesar de la calma que ha llegado después de la suspensión de libertades civiles en la Valle de Tambo, la violencia anti minera les ha asustado a los inversionistas en la industria minera peruana, y se cayó la inversión minera por un 14% en el primer trimestre del año. Sin embargo, un estudio hecho por Scotiabank argumenta que la principal razón por la caída fue conseguir financiamiento dado los bajos precios de metales.
Analistas creen que la contracción no ha tocado fondo y advierten que la inversión podría caer por otro 17% antes del fin del año.
En otra noticia relacionada con el sector minero, el proceso de formalización de los mineros artesanales en el Perú sigue avanzando. En Piura, de los 2,200 mineros pequeños y artesanales que se registraron en el proceso de formalización, unos 1,123 han llegado a la segunda etapa del proceso.
La industria minera peruana no se formalizaría de un día al otro, sino paso por paso, minero por minero, tras esfuerzos como este. La esperanza es que cuando suficiente mineros se registren, el proceso ganaría un impulso y no requeriría tanto apoyo y promoción por el gobierno peruano.
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