Las
FARC continuaron
con sus recién ataques contra la infraestructura petrolera colombiana,
destruyendo el oleoducto Caño Limon-Coveñas en el municipio de Catatumbo,
conocido coma una región con alta presencia de las FARC, en el norte de
Colombia. Las FARC reiniciaron sus ataques después de que anuló su alto de
fuego unilateral el mayo 22. Aunque la petrolera estatal Ecopetrol
inmediatamente paró
el flujo de petróleo por el oleoducto e inició su plan de contingencia, todavía
hubo un derramo de petróleo del oleoducto, contaminando el Río Catatumbo, y
cortándoles el agua a 16,000 personas.
Según
testigos locales, las FARC también quemaron
pozos locales y 12 casas, desplazando 50 familias que vivían en la zona.
Ecopetrol anunció que había suspendido sus operación en la región para evitar
más derrames de petróleo, y que las fuerzas militares habían llegado a la zona
para protegerles a los trabajadores petroleros mientras arreglaban el
oleoducto.
Aunque
algunos reportes se enfocaron en el costo humano del ataque, otros hablaron
sobre el impacto ambiental del derrame petrolero. El Río Catatumbo ya está
contaminado por el petróleo, y las autoridades están pendientes de cualquier
peligro que pueda presentarse.
En una
noticia relacionada con la anterior, el periódico colombiano de negocios Portafolio
reportó que la inversión directa extranjera en Colombia cayó por un 33,9% en el
mes de mayo. Las bajas figuras fueron impulsado por una reducción en inversión
en el sector petrolero y el sector minero en Colombia. En una época cuando
Colombia está buscando impulsarle a su sector petrolero, las autoridades
colombianas deben estar preocupadas de que los ataques de las FARC contra la
infraestructura petrolera solo bajaría la inversión petrolera.
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