Las
autoridades peruanas montaron
una nueva ofensiva este martes contra la minería ilegal cuando atacaron una
operación minera informal en la región de Loreto. La marina, la policía, y
fiscales asaltaron la mina de oro sobre el Río Marañon, cerca de los pueblos de
Saramiriza y Borja. Según los reportes en la prensa local, las autoridades
incautaron y destruyeron equipos y maquinaria usado para la minería de oro.
Aparte,
el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) anunció
que la producción en el sector de minería y hidrocarburos cayó por 2.4% en el
mes de febrero. Esta disminución se generó por la caída en la extracción del
cobre, molibdeno, estaño, y petróleo.
Anglo
American, el cuarto en la lista de las mayores empresas mineras en el mundo,
tuvo otro mala noticia el miércoles, cuando anunció que iba a abandonar
su proyecto minero de cobre Michiquillay. Sin embargo, Anglo subrayó que sigue
comprometido a su otro proyecto en el Perú, el más grande, Quellaveco. El
reporte mencionó que Quellaveco “es el tipo de proyecto complicado que
accionistas normalmente odian: es remoto, puede costar más de $6,000 millones …
y probablemente se demorará tres a cuatro años para construir.”
Por
último, la minera peruana Buenaventura aprobó
la financiación de operaciones de hasta $500 millones, que podría incluir la
primera venta de bonos. Aunque Buenaventura, la principal minera nacional en el
Perú, había anunciado una perdida de $188 millones en el último trimestre del
año pasado, todavía tiene planeado el proyecto de oro y plata Tambomayo, con un
valor de $200 millones, y el proyecto de oro y cobre Chucapaca, con un valor de
$500 millones.
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