Durante
una reunión en Cartagena, el presidente colombiano Juan Manuel Santos aprobó
la recién devaluación del peso colombiano. Dijo, “Nos estábamos acercando hacia
una situación de resfriado holandés. No enfermedad holandesa. Estábamos
dependiendo mucho del petróleo y la minería en las exportaciones y lo que está
pasando nos obligó a reaccionar y fortalecer los otros sectores”.
Según
el presidente colombiano, la inversión extranjera directa que se fue del sector
extractivo, ha, o por lo meno el 90%, sido invertido en los otros sectores de
la economía colombiana. El Presidente Santos dijo que los dos fundamentos son
fuertes: el crecimiento económico continúo y la nueva clase media del país.
Co
director del banco central de Colombia, Ana Fernanda Maiguashca, estuvo de
acuerdo con Presidente Santos, diciendo a Bloomberg
que la pequeña desaceleración en el crecimiento económico del país, de 4.6% a
entre 3 y 3.5%, es bueno para el país. Ella dijo durante una entrevista el
miércoles pasado, “Estamos desacelerando no solo porque recibimos un choque
estructural pero también porque lo necesitamos. Es incompatible pensar que
vamos a crecer al mismo ritmo que en el 2014 y también ser capaz de cerrar el
déficit. Si queremos reducir esta vulnerabilidad externa, lleva el costo de un
crecimiento menor.
Desafortunadamente,
las noticias no han mejorado para el sector petrolero colombiano. La
Superintendencia de Sociedades le entregó un informe al Senado colombiano diciendo
que, de las 53 empresas operadoras y prestadoras de servicios petroleros, el
43% tiene un alto riesgo de insolvencia y los demás tienen un riesgo moderado.
Cuatro empresas en particular que forman parte de la estructura corporativa de
Pacific Rubiales titulaban el estudio.
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