Mientras
el conflicto sobre el proyecto minero Tía María de Southern Copper está en su
cuarta semana, el gobierno peruano está corriendo
para tratar de resolver el conflicto social y evitar que vaya de sus manos. El
transporte público, las escuelas, y los mercados están cerrados por toda la
región de Islay en el departamento de Arequipa, debido a las protestas
violentas.
Ya
mirando hacia la otra semana, doce otros gremios en Arequipa anunciaron que
montarían un paro de 24 horas en solidaridad con los protestantes de Tía María.
Los huelguistas dicen que la mina de cobre contaminaría sus campos y el agua
del Río Tambo, aunque la minera y el gobierno ya explicaron extensivamente
porque no pasaría eso.
Carlos
Gálvez Pinillos, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo, y
Energía (SNMPE), le dijo a EFE, ““Teníamos en el portafolio a Tía María y yo
quiero creer que va a progresar, pero no me gustaría que ocurra lo que pasó con
Conga,” refiriendo a la violencia que eruptó en el 2012 en Cajamarca,
permanentemente rompiendo las relaciones que la comunidad loca allá. El
gobierno peruano necesita encontrar una solución en Islay, pero la comunidad
local ya dijo que sus acciones son muy poquito y muy tarde.
En una
noticia relacionada, la economía peruana creció
muy poquito, solo un 0.94% en febrero sobre el mismo periodo del año pasado, y
de hecho se contrajo por un 0.3% de enero a febrero. El gobierno peruano la
atribuyó al mal desempeño en los sectores de construcción y minería. Aunque los
funcionarios peruanos han tenido mucho optimismo para su sector minero durante
el último año, el sector sigue no alcanzando a sus metas de crecimiento.
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